Es un espacio único ubicado en la Península de Punta del Este, ha cautivado a locales y turistas por igual con su encanto natural y su conexión con el mar. Estas pasarelas de concreto y hierro, que unen formaciones rocosas en torno a piscinas naturales de fondo semi arenoso y agua transparente, ofrecen a los visitantes una oportunidad inigualable de sumergirse en la naturaleza y contemplar el océano desde una perspectiva privilegiada.
Las Mesitas se han convertido en un verdadero ícono de la historia y la cultura puntaesteña. En 2018, fueron declaradas de Interés Patrimonial por la Intendencia de Maldonado, reconociendo su valor histórico y su integración armónica con el paisaje. Estas estructuras, construidas en la década del 50, han resistido el paso del tiempo y se mantienen en buen estado general, ofreciendo a los visitantes una vista panorámica impresionante de la Bahía y la Isla Gorriti.
Siguiendo las recomendaciones de la Comisión Departamental de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de Maldonado, se le otorgó a este lugar el grado 2 de protección patrimonial, asegurando así su preservación para las futuras generaciones.
Las experiencias y recuerdos que se han generado en Las Mesitas son innumerables y evocadores. Los residentes locales evocan con nostalgia las visitas en bicicleta con amigos para disfrutar de meriendas junto al mar cuando las condiciones lo permitían. Otros destacan la sensación de libertad y conexión con el océano que se experimenta al recorrer estas pasarelas, rodeados de agua y rocas, con una vista que permite contemplar la diversidad de fauna marina y las aves desde otro ángulo de Punta del Este.
Ubicadas en la costa sobre la Rambla de Circunvalación General Artigas, entre las calles El Faro y Capitán Miranda, Las Mesitas se han convertido en un punto de encuentro familiar desde hace más de 60 años. Antes de la construcción de la Rambla, un grupo de vecinos decidieron aprovechar las rocas naturales de la zona y transformarlas en un espacio para vivir el mar con mesa y asiento, creando así un lugar emblemático que perdura en el tiempo.
Foto: Mateo Fischer
