Por Cr. Jonhatan Lacuesta. Lagom – Asesores Financieros
El aniversario inspiró esta nota que no solo reconoce la rica historia de la producción de vino, sino también la resiliencia de las bodegas uruguayas que han enfrentado, y siguen enfrentando, difíciles desafíos de gestión con fuerte convicción y visión de largo plazo.
¿Qué pasó durante estos 150 años desde que Pascual Harriague y Francisco Vidiella introdujeron nuevas cepas en tierras uruguayas?
Recorriendo la historia, nos encontramos que las plantaciones de Tannat en Salto de Pascual Harriague y, el Folle Noir de Vidiella en Montevideo, demostraron en aquel entonces que era posible cultivar vides en Uruguay, al tiempo que sembraron los cimientos de una industria que hoy forma parte de la identidad cultural y económica del país.
Esta noticia publicada por INAVI respecto a la celebración de los 150 años de la vitivinicultura en Uruguay, me despertó la siguiente pregunta:
¿Cuáles han sido los desafíos financieros que debieron enfrentar las diferentes empresas de este sector a lo largo de su historia?
Los acontecimientos económicos que más han impactado en la industria fueron:
- La crisis de 1890, una crisis financiera global que provocó una recesión y el cierre del Banco Nacional en Uruguay.
- La gran depresión de 1930, fue una crisis de demanda de los productos de exportación para Uruguay que generó una gran caída en el nivel de empleo.
- Crisis del 50’ y 60’ donde la inflación, el déficit fiscal llevó a un deterioro de la economía y el estado de bienestar social.
- Crisis de 1982, recordada por la crisis de la tablita, una fuerte recesión debido al alto endeudamiento y un ajuste estructural.
- Crisis financiera del 2002, la crisis bancaria argentina y la corrida financiera en Uruguay que puso a Uruguay al límite del default.
- Crisis pandemia COVID 19.
Este aniversario no solo celebra el legado de la producción de vino, sino también las innumerables dificultades financieras y operativas que las bodegas uruguayas han superado a lo largo de su rica historia. Es esta una industria resiliente y de grandes desafíos financieros en su gestión.
La producción de vino es intensiva en capital y requiere un largo período desde la plantación hasta que el vino esté listo para la venta. Esta espera supone una presión considerable en la gestión del flujo de efectivo y el capital de trabajo para la empresa.
Asimismo, el impacto en los costos de producción en términos de tierra, maquinaria e insumos es elevado. Las variaciones climáticas -que afectan drásticamente la cosecha anual- introducen una capa adicional de riesgo e incertidumbre. Es por esto que cuidar la rentabilidad en este entorno requiere una gestión eficiente de los recursos y una planificación estratégica sólida.
En un mundo de competencia cada vez más globalizada, se torna fundamental la inversión en marketing para destacar sobre el resto, así como la construcción de una marca que se posicione en la mente de los consumidores. Adaptarse a las nuevas tendencias, como el enoturismo y la demanda de vinos orgánicos, supone otras inversiones y riesgos.
La sostenibilidad va ganando terreno también en esta industria. Algunas bodegas uruguayas están adoptando prácticas más sostenibles para reducir su impacto ambiental, lo que supone una inversión inicial significativa, donde los beneficios serán recogidos en el largo plazo. ¡Y vaya si es esta una industria que sabe pensar en el largo plazo: una de sus principales fortalezas está en su visión de negocio!
Varias de las bodegas en Uruguay son empresas familiares que enfrentan los desafíos de esa condición. La gestión de la sucesión generacional y la resolución de conflictos familiares suponen dificultades frente a la toma de decisiones y amenazan la continuidad del negocio. Por esto resulta clave construir estructuras de gobernanza robustas y desarrollar planes de sucesión claros para asegurar la continuidad de la empresa hacia la próxima generación.
Felicitamos a todos quienes día a día siguen construyendo la rica historia de la vitivinicultura y hacen de ella un arte, no solo por la elaboración de los exquisitos vinos sino también por la creación de paisajes y paseos culturales a su alrededor, junto a la capacidad de resiliencia y visión de largo plazo en lo empresarial.